Una iraní ha logrado que un tribunal condene a su esposo a comprarle 124.000 rosas rojas, que cuestan el equivalente a unos 133.000 euros, informó este lunes el periódico Etemad. La mujer le denunció porque, según ella, estaba harta de soportar su tacañería después de diez años de matrimonio.
"Nos casamos hace diez años, pero muy pronto me di cuenta de que Shahin era un avaro. Cuando vamos a un restaurante, incluso se niega a pagarme el café", explica Hengameh, según el diario citado. Por eso, decidió reclamar su dote para castigarle. Pero en forma de 124.000 rosas.
El hombre alegó ante el tribunal que sólo puede comprar cinco flores por día y acusó de encizañar el asunto a las amistades de su esposa. "Sus amigas millonarias son las que le han metido esa idea en la cabeza", dijo Shahin, a quien el tribunal ha requisado un apartamento valorado en 600 millones de riales (unos 42.600 euros) mientras no compre las 124.000 rosas.
Según la ley iraní, una mujer puede reclamar su dote durante el matrimonio y el marido está obligado a entregársela. En los últimos años, muchas iraníes han exigido dotes astronómicas para ese país, de hasta cientos de miles de euros.
"Nos casamos hace diez años, pero muy pronto me di cuenta de que Shahin era un avaro. Cuando vamos a un restaurante, incluso se niega a pagarme el café", explica Hengameh, según el diario citado. Por eso, decidió reclamar su dote para castigarle. Pero en forma de 124.000 rosas.
El hombre alegó ante el tribunal que sólo puede comprar cinco flores por día y acusó de encizañar el asunto a las amistades de su esposa. "Sus amigas millonarias son las que le han metido esa idea en la cabeza", dijo Shahin, a quien el tribunal ha requisado un apartamento valorado en 600 millones de riales (unos 42.600 euros) mientras no compre las 124.000 rosas.
Según la ley iraní, una mujer puede reclamar su dote durante el matrimonio y el marido está obligado a entregársela. En los últimos años, muchas iraníes han exigido dotes astronómicas para ese país, de hasta cientos de miles de euros.
He ahí donde reside el dolor más intenso y oprobioso para un avaro, que gastar su dinero tan celosamente guardado y resguardado, en cosas que no tienen una utilidad mas aya de lo superfluo según su punto de vista, y el de muchos más.
1 comentario:
que duro golpe al codo
Publicar un comentario