miércoles, 13 de mayo de 2009

DESAMOR EN TIEMPO DE INFLUENZA


La vida durante la segunda semana de la Influenza A/H1N1


Durante los dos primeros días (27, 28 de Abril), aún nos movíamos con mucho cuidado o probablemente debemos llamarle MIEDO, pero las calles continuaban prácticamente bacías de transeúntes y llenas de autos estacionados. En los centros comerciales y farmacias continuaban extintos los cubre bocas, geles, toallas y espray bactericidas, jabones líquidos y guantes de látex.
Como ya dije; salíamos poco y comprábamos lo justo y suficiente para no hacer colas largas en las tiendas de autoservicio. Extrañé a los cerillitos (niños, jóvenes o viejitos que embolsan las compras), los cuales quedaron desempleados por así decirlo ya que no cuentan con seguro medico.
Los carritos de compras continuamente son lavados de la parte que tomamos para empujarlo, nos ofrecen guantes plásticos tanto para el que empuja el carro como los acompañantes, en otras tiendas tienen toallas desinfectantes a la entrada y salida de esta, en la panadería del centro comercial todos y cada uno de los panes se encontraban envueltos en bolsas plásticas, tratábamos de vernos normales pero el miedo se olía a metros de cada uno de nosotros.
Al final de la semana, los cuidados personales se relajaron, si anteriormente el 99% de los paseantes contábamos con cubre bocas, para el 2 y 3 de mayo solo lo usábamos el 80%, las calles ya se encontraban llenas de autos y transeúntes, pero la mayoría de los comercios pequeños continuaban cerrados y los niños y jóvenes estaban más aburridos e inquietos que el ultimo día de vacaciones escolares, ya no veíamos tanto el canal de noticias del estado pero sí un poco más lo nacional e internacional. Le recordábamos a su progenitora a las autoridades Chinas y Argentinas por tan ridícula y perdonando la expresión, ESTÚPIDA actuación de impotencia, incapacidad e ignorancia de cómo tratar a una persona que llegaba de México, pero no hacía nada contra la que arribaba de los EUA que fue donde se originó la tan mentada Influenza.
En cambio los gobiernos del Perú y Ecuador actuaron según loa indicaciones de Argentina y esta ultima por recomendación de Cuba, y Cuba pues tratando de ser un protagonista más como ya nos tiene acostumbrado el buen Fidel, aunque también debemos de entender que en Cuba el único dinero seguro que tiene es el del turismo ya que sin él, se hunde hasta lo más profundo de su socialismo de pueblo, perdón del pueblo revolucionario chico. Pero algo muy importante tenemos que reconocer, en gran parte del mundo el Gobierno no es el Pueblo, quiero decir que lo que dicen nuestros gobernantes no siempre es lo que decimos nosotros el pueblo, he leído periódicos y blogs de dichos países que bloquearon toda relación con México y su gran mayoría reprueban las acciones y actitudes de su gobierno, salvo el Chino, pero no todos tienen internet, ni escriben en ingles.

jueves, 7 de mayo de 2009

DESAMOR EN TIEMPO DE INFLUENZA


La vida en la primera semana de la Influenza A/H1N1


Calles sola y llena,
Las calles se encontraban solas de personas, y las pocas que se atrevían a salir lo hacían con cubre bocas y caminando lo más rápido que podían, entre vecinos solo nos veíamos asomados por las ventanas unos a otros y no por mucho tiempo tal ves porque nos pudiéramos contagiar por la vista. Nuestras manos antes suavecitas como de porcelana nos ardían de tanto lavárnoslas.
Encerrados en casita, platicamos, convivimos, jugamos y sobre todo nos fletamos en TV las dos primeras series completitas del Doctor House, y al saber que nos llevaría otra semana de encierro voluntario me fui a comprar la de LOST.
Por ser fin de mes tuve que salir a realizar pagos de tarjetas y como no permitían muchos clientes en el interior del banco pasábamos de uno en uno ya que dentro del banco se tenía que estar a 1.5 metros de separados entre clientes. Pero afuera estábamos apiñonados en la pequeña sombra que nos daba la pared del banco con una distancia entre clientes de no más de 40 cm. Intercambiando miedos y desconocimiento de lo que realmente pasaba.
En las tiendas departamentales se agotaron los cubre bocas, detergentes líquidos para manos, espray, gel y toallas desinfectantes (y hasta la fecha no los encuentro), en el departamento de frutas y verduras teníamos que llegar temprano antes que arrasaran con los limones, naranjas y zanahorias, pero hay que reconocer que los precios no se modificaron, y si no alcanzábamos ese día, al día siguiente ya tenían en existencia a primera hora. Y lo más agradable era que cuando se acercaba una promotora de tarjetas, fotos, galletas o lo que fuera no necesitabas decirle que no 3,4,5 veces, solo tocías y hacías el aspaviento de estornudar y salía corriendo y te dejaban libre y tranquilo. Lástima que los mordelones…… perdón Oficiales de Transito no se amilanaban con el estornudo y la tos porque de inmediato nos amenazaban con llevarnos al seguro donde si era seguro que nos enfermaríamos.

martes, 5 de mayo de 2009

DESAMOR EN TIEMPO DE INFLUENZA



La vida en los primeros días de la Influenza A/H1N1


Jueves 23 de Abril;
Después de escuchar de los primeros infectados de una influenza distinta a la estacionaria, pasamos de la indiferencia a la incredulidad de que fuera real. Pero sin tomar muy en serio el asunto y paso como cualquier otro día más.


Viernes 24;
Comenzó el temor y la incredulidad, extrañamente mercados, y comenzamos a bromear, y a ocultar el temor creciente con chistes, bromas y supuesta indiferencia.
Algunas pláticas de compañeros de labores indicaban que dos mamás y un sobrino de tres trabajadores del área administrativa, habían fallecido por complicaciones pulmonares de una muy fuerte gripe que sufrieron.


Sábado 24 y Domingo 25;
El miedo comenzó a hacer estragos en nuestras mentes, nos lavábamos las manos cada vez que tocábamos un picaporte, el control remoto, la mesa, el teclado de la computadora y se limpiaba una, otra y otra vez las mesas, picaportes, lavabos, tazas de baño, paredes y pisos teclados, ratones de computadoras. No estaba permitido toser o estornudar, y yo que acostumbro estornudar de 7 a 8 veces seguidas por lo menos una vez al día, en el transcurso de esos dos días no me dieron ni ganas de recordar que suelo estornudar muy frecuentemente.Mi hija tiene una amiga cuyo papá pensaba que dicha Influenza porcina era un truco del partido gobernante para desviar la atención de los ciudadanos, y como suele suceder la opinión de los amigos es más acertada que el de los padres, por lo cual salía en su auto a sacar copias y terminaba extrañamente en casa de alguna amiga para organizar una reunión de compañeros, pero como todos sus compañeros no aceptaban la invitación y las tildaban de locas incrédulas, poco a poco le cayó el veinte, y termino tosiendo y estornudando y con un miedo que nos daba más risa que preocupación. Aprovechamos para obligarla a usar tapabocas y que asumiera su responsabilidad por andar buscando reuniones en viernes y sábado, su compañera cuyo papá incrédulo las animo a salir, ni siquiera le llamo en esos dos días.

Por supuesto, nosotros la Vigilábamos muy de cerca para ver cualquier cambio, afortunadamente fue Más psicológico que viral .

viernes, 1 de mayo de 2009

DESAMOR EN TIEMPOS DE INFLUENZA


La vida antes de la Influenza A/H1N1


La mayoría de las personas que conozco tenía la costumbre de saludar con un beso en la mejilla a sus familiares y conocidos, aun a las personas que le acababan de presentarle, pero todos sin excepción, saludábamos con un apretón de manos.
Estornudábamos tapándonos con la palma de la mano y moviendo la cabeza hacia un lado o hacia abajo, y sin preocupación solo nos decían salud y los más viejos Jesús, y continuábamos muy animadamente con la conversación.
En los estadios gritábamos bailábamos y nos abrazábamos con quien estuviera a nuestro lado conocido o no, en las Discos (antros para los jóvenes) bebíamos nuestros tragos en el vaso que nos trae el mesero sin pensar si son los nuestros los del compañero o de otra persona, y como los lavaron si es que los lavaron.
Los lavábamos las manos al salir del baño y antes de sentarnos a comer, nos rascábamos la nariz el bigote, la boca sin ni siquiera pensarlo.
Cuando nos acercamos al mostrador de cualquier ventanilla donde teníamos que pagar, preguntar o esperar, nos recargábamos muy tranquilamente, y si teníamos un chicle o dulce lo desenvolvíamos my despreocupadamente y no lo llevábamos a la boca, sin importar si estregamos o recibíamos dinero.
Al ir de compras tomábamos un carrito y realizábamos todas nuestras compras, hacíamos fila pagábamos metíamos las bolsas al carro, o tomando el autobús entre empujones, estornudos, tos y llegábamos a casa, donde guardábamos el mandado y nos sentábamos a ver la tele, comiendo papas fritas o cualquier chuchuluco.
Los muy allegados compartían las botellas de agua u otro líquido y no nos importaba si las o los cocineros, empleados de limpieza de nuestro trabajo u hogar estaban sanos o a gripados, al igual que nuestros compañeros o clientes.
QUÉ DIAS…. QUE DÍAS, si francamente que días aquellos que nunca volverán. Esto me recuerda a la tía Yaya, siempre con guantes blancos y cuando tenía que abrir una puerta con picaporte usaba un pañuelo desechable, y si le dirigías la palabra se cubría la nariz y boca con otro pañuelo desechable. No recuerdo haberla visto comer o tomar agua o refresco, cuando se le visitaba en su casa, del recibidor no pasábamos, y tampoco recuerdo si ofrecía algo de beber o no, pero que siempre cargaba con una caja nueva de pañuelos desechable por supuesto que sí.