Londres, Inglaterra 23 de agosto de 2007
Reuters
Son dos áreas clave del cerebro las que están involucradas en el miedo y es la región más impulsiva de las dos la que se hace cargo de la situación cuando el peligro se aproxima.
A través de imágenes instantáneas que medían el flujo sanguíneo del cerebro, mostraron que cuando el predador estaba lejos se activaban las partes bajas del área de la corteza prefrontal del cerebro que se ubican detrás de las cejas.
Esta zona está relacionada con la toma de decisiones complejas, como planear un escape.
Sin embargo, cuando el predador se acercaba, la actividad se mudaba a la sustancia gris periacueductal, responsable de los mecanismos de sobre vivencia de respuesta rápida, como la pelea y la fuga.
Los resultados obtenidos por Dean Mobbs y sus colegas, del Wellcome Trust Centre for Neuroimaging del University College de Londres, fueron publicados el jueves en la revista Science.
Todo parece indicar que la corteza frontal ayuda a controlar los sistemas más primitivos del cerebro y que la pérdida de esta regulación podría explicar por qué las personas con desórdenes del pánico reaccionan en exceso a situaciones que no implican un peligro inmediato.
A mi, no me importa donde carajos reside el miedo en el cerebro, me conformo que las condenadas piernas funcionen el 250% en el momento que más las necesite y la diarrea llegue muchas horas después, cuando ya este a salvo.
Recuerdo cuando mi maestro de Karate nos decía, que en la calle no sirve el karate, salvo que respetemos la siguiente regla.
^Golpea primero y corre sin parar hasta que ya no puedas más.^
Y en mi época de juventud dorada y reflejos asombrosos vaya que me sirvió dicho consejo, salí victorioso de tres de cuatro, en el primero no corrí, pero tampoco ofrecí resistencia y casi termino como mi primo en el Zócalo, encueradito y encueradito pero sin un rasguño.
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